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  • Última modificación de la entrada:30/04/2018

Hola amig@s lector@s

Hoy, desde El Rincón de Rovica: He tenido la suerte… Sí, he tenido la inmensa suerte de querer con toda el alma, de desquerer con honores, de abrazar a quienes me quieren. He tenido la suerte de no tirar la toalla cuando de conseguir un sueño se trata, de conocer mis límites a base de superarme, de aprender que abandonar una partida en el momento justo también puede convierte en ganadora.

He tenido la suerte de amar y ser correspondida, de disfrutar de cada instante compartido, de que ése amor se acabara cuando ya no funcionaba, y de asumir, al fin, que debo abrir las puertas de mi vida a nuevos sentimientos. He tenido la suerte de dedicarle horas de trabajo y esfuerzo a lo que me gusta.

He tenido la suerte de dejar atrás relaciones tóxicas para la salud del alma, de encontrar otras más alegres, de mirar al pasado con la perspectiva que sólo el tiempo nos ofrece y de aceptar que gracias a él soy lo que soy. He tenido la suerte de sentirme querida, de entregar besos absolutamente deseados y de llorar de la risa, de llorar a veces con el alma y el corazón rotos en mil pedazos cuando la tristeza embarga todo mi ser, pero también he tenido la suerte en encontrar en cada lágrima una mano amiga que confía en mí.

He tenido la suerte de atreverme a pedir ayuda cuando la necesitaba y de encontrarla, de ayudar a otros, de equivocarme muchas veces y de pedir perdón otras tantas. He tenido la suerte de no gustar a todo el mundo, de respetar el criterio ajeno, y perdonar en silencio, la hipocresía de quien señalando con el dedo se atreve a juzgar, olvidando de su memoria el dolor causado…

He tenido y tengo la suerte de sentirme viva, de ser consciente de lo afortunada que soy por cada experiencia, por cada olor, por cada beso y por cada abrazo, por las lecciones de lo aprendido. He tenido la suerte de no creer en la suerte, de creer en la constancia, en la bondad y en las circunstancias.

He tenido la suerte de dejar de creer en el azar y empezar a creer en mí misma.

La mirada de Julita.
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