• Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Mis Escritos
  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios
  • Tiempo de lectura:2 minutos de lectura
  • Última modificación de la entrada:21/10/2025

 

 

 

Hoy frente al espejo he pensado…ya no soy la misma, por muchas cosas y por nada a la vez, quizá no haya una sola razón que lo explique. Tal vez fueron las veces que caminé sobre mis propios pedazos, las heridas que estoy aprendiendo a curar sin ruido, o el cansancio de sentir demasiado. Hoy, el sentido no borra el dolor, pero lo transforma; aprendí a mirar mis cicatrices sin pena, solo con el respeto que merece todo lo que me hizo crecer.

He cambiado, y con ello, también lo que me afecta. Ya no discuto con quien no merece mi energía, ni busco demostrar lo evidente. Tengo motivos de sobra para gritar victorias, pero prefiero la calma, el silencio y la paz que me costó tanto encontrar.

He aprendido a respirar profundo, a mirarme sin miedo y a cuidar ese refugio interior que levanté entre tormentas. Me empapé de dudas, me perdí en charcos ajenos y, aun así, encontré la manera de secarme el alma. Ahora elijo no volver a mojarme por nada ni por nadie.

No soy la misma, ni pretendo serlo. La gente seguirá hablando, unos por costumbre, otros por disfraz, pero ya no me importa. Callar, a veces, es mi forma más elegante de responder. Puedo parecer ingenua, pero sé más de lo que dejo ver.

Dejo a un lado, más de lo que quisiera, mi arranque y mi impulsividad, palabras lanzadas sin pensar y culpas que nunca me correspondieron. Aprendí a contar hasta diez, hasta veinte, hasta que el alma se calme. Y aunque el mundo siga girando como si nada, yo sé que cambié. Ya no soy la misma, y no pienso volver a serlo jamás.

Rovica.

¿Te ha gustado? ¡Pues ahora te toca comentar!