Escribir algo que salga del alma es como abrir una ventana en medio del pecho y dejar que lo que se guarda, lo que duele, lo que ama, lo que extraña, lo que sueña, tome forma en palabras…
Aquí os dejo un texto breve, sincero, escrito desde ese lugar profundo donde habita lo que a veces no se dice, pero siempre se siente:
Cuando el alma habla
A veces, se guarda tanto…
Sonrisas que fueron escudo,
palabras que no se dijeron,
abrazos que quedaron esperando
al otro lado de la puerta.
Y un día, el alma,
cansada de hacer silencio,
decide hablar.
No grita. Susurra…
Dice cosas que había olvidado:
«Recuerda quién eras antes de romperte.»
«Estás hecha de más amor del que te permites sentir.»
«No necesitas que todos te entiendan para ser valiosa.»
Porque escribir desde el alma
no es hacer poesía perfecta,
es hacer verdad.
Aunque duela.
Aunque tiembles,
con esas cosquillas en el estómago.
Aunque nadie más lo lea.
Es la forma más pura de recordarte que estás viva.
Y que hay algo dentro de ti que arde,
que espera,
que sueña…
Rovica.
