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  • Última modificación de la entrada:02/10/2022

 

 

Detesto lo que se fuerza. Me di cuenta, que perdí absolutamente toda la capacidad de quedarme en los lugares donde se me apaga la sonrisa. Es bueno hacerse cargo y aceptar que, si nos quedamos, somos nosotros que elegimos seguir pagando la función, que ya no queremos ver hace tiempo.

Me di cuenta también, que de las contradicciones que me habitaron muchas veces, con el tiempo van cambiando, pero tenemos un chip, que por momentos, nos sigue haciendo creer que queremos las mismas cosas que antes, y no, nada que ver y  poder verlo, es una herramienta súper poderosa para limpiar el puente que viene del corazón a la cabeza, es una tarea de todos los días.

Con el tiempo, me di cuenta que amo mis espacios, que son casi sagrados y digo, casi, porque también, me gusta «desobedecerme» cuando yo lo elijo.

Con el tiempo me di cuenta, que detesto que busquen quitar la paz del otro en busca de sus propias respuestas, detesto la invasión de mis espacios, de mis momentos, de mis tiempos de soledad elegida, que son muchos, de mis canciones, de mis silencios, de incluso, mis rutinas.

Detesto lo que se fuerza, lo que se quiere sostener como bandera, cuando la realidad, quiere decir otra cosa.

Me di cuenta que hay gente maravillosa, que también, por suerte, ha perdido su paciencia y gente que dijo: Basta!  Esta vez me toca a mi, para mi y por mi. Me lo debo.

Me gusta ese lugar en el que tienes tu sitio, que no necesitas nada, porque, nada está fuera de lugar,  en ese, en el que eliges ese momento de abrir la puerta, donde sabes que vas a estar en tu mundo, compartiendo todo eso que en verdad eres y elegiste.

Y abres la puerta con tu sonrisa, esa que no dejas que se apague por nada ni nadie en el mundo, y ahí está esperándote, ese alguien, con su mochila, pero no llena de adoquines, si no de bonitas palabras, flores, sueños, canciones y aroma a café.

Y mis ojos se llenan de emoción y en mi corazón ha muerto la frase que dice: «ojalá no te vayas más» (a veces nos condenamos solos) y la cambié por la frase que dice: «Ojalá sigamos queriendo volver a vernos»

Me guardo los besos hasta la próxima y si un día no los disfrutamos más, se los soltamos al viento, y seguimos adelante, con la vida…

Publicado por: Rovica.

detesto

Esta entrada tiene 4 comentarios

    1. Rovica

      Muchas gracias Julio. Comprender nuestra propia filosofía puede ayudarnos a evitar, resolver o abordar muchos problemas. Un abrazo amigo.

  1. La vida, quieras o no, te va haciendo que fluyas todos los días. Habrá veces que te parecerá que el curso del rio se para, no lo hace por casualidad, sino para coger más fuerza y … seguir. Buena semana.

    1. Rovica

      Sin lugar a dudas es tal como dices Paz. Nos aferramos pensar en un futuro ideal, en donde todas las piezas del puzzle encajen a la perfección, sin embargo, la realidad llega y, entonces, nos damos cuenta que hay muchas piezas que no encajan, otras tantas que faltan y algunas que jamás habíamos pensado en ellas. Un abrazo grande.

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