Olvídate…

No te enamores de una escritora si no te apetecen las locuras, si por vértigo no te gusta volar, si prefieres la tranquilidad y días llenos de normalidad a los deportes de riesgo. No te enamores de ella, si no te gusta el mar, los atardeceres, amaneceres y las películas de ciencia ficción. Si no tienes paciencia y no crees en la magia, no te enamores, porque lo que te espera solo es apto para valientes, ¿por qué? Yo te lo explico. No te enamores de una escritora si sólo tienes monotonía para dar, si no eres lanzado, inteligente, paciente y un poco loco.  Si saltar al vacío te provoca pánico o si vivir el límite no es tu don.  No te enamores, porque las escritoras son pura adrenalina y libertad.

No cualquiera la logra conquistar, algo muy bueno intelectualmente le debes aportar. Pasarás a un segundo plano cuando a ella le venga en gana y tendrás que aprender algo primordial, necesita su espacio, más espacio que las demás y aunque tú seas SU HISTORIA con mayúsculas, sus pasiones lo son  más. Acéptalo o no te enamores. Más de una noche abrirás los ojos y no estará a tu lado, la encontrarás con un café y borrones de tinta, buscando la frase perfecta.

No te enamores de una escritora porque pasa de la alegría al llanto en un instante. Discutirá contigo con una pasión que te sentirás desarmado, a veces, te hablará como una niña, otras, con una madurez que te descolocará. Pondrá sobre la mesa tus carencias de forma cruel y ensalzará tus virtudes hasta hacerte creer que eres un dios. Sus palabras, tan pronto te pueden partir en dos o llevarte al éxtasis más absoluto. No te enamores de una escritora, porque así como sabe amar profundamente, también sabe herir sin piedad.

Olvídate, no te enamores de una escritora si no te gustan las tormentas de verano, si no te mojas con ella escribirá el punto final sin miramientos y aunque, el último portazo le queme el alma, se irá. Las escritoras están acostumbradas a iniciar y poner fin a capítulos.  No te enamores si no estás dispuesto a aprender, que cada lágrima tiene nombre y que, las sonrisas pueden morder.

Tendrás que aguantar su carácter apasionado, tierno, cariñoso, espontaneo, efervescente, explosivo y eso requiere de una paciencia que aún no conoces. No te enamores de ella,  porque es capaz de despertarte entre caricias a las tres de la madrugada y susurrarte al oído un «te amo» o es capaz de levantarte un día cualquiera, para ver  amanecer abrazados y  hacerte sentir emociones que no sabes que existen. No te enamores.

Y sí a veces también, querrás mandar a la mierda a ella, a sus neuras,  a sus miles de libretas y libros que ocupan casi todos los puñeteros espacios de la casa y querrás abandonar, pero si finalmente no lo haces… ¡atento! porque serás como un tatuaje eterno en su piel, serás  su delirio y las mejores líneas que escriba. Creerás en la magia y en ti mismo como jamás lo habías hecho y el mundo cuando ella no esté a tu lado, ya te parecerá demasiado simple, demasiado insípido y triste… ¡ay, amigo! no te enamores, ella  ha dejado su huella y ya se ha colado en cada poro de tu piel.

Editado y Publicado por: Rovica.